Monday, February 1, 2016

EXILIO


                                                                                    por Eliana Onetti (1944-2008)

Me duelen hoy mis viejas cicatrices
con acre resangrar de herida abierta.

Es un dolor profundo, inveterado,
que casi, por antiguo, es amigable
y cuando, como hoy, se me despierta,
se me hinca fieramente en el costado.
Entonces yo recurro al estoicismo,
tratando de ignorar su garra férrea
pero aunque quiero así buscar alivio,
me hundo sin remedio en la tristeza
pues éste mi dolor, dolor de ausencia,
es íntimo dolor inmarcesible.

¡Es un  dolor de patria en la miseria

que sufre con vergüenza su martirio!

1 comment:

  1. La literatura cubana de los siglos XIX, XX y XXI es dolorosamente pródiga en los lamentos de los desterrados por su forzoso alejamiento de la Patria a causa de la persecución que sufrieron por sus ideas políticas, por su actitud cívica de negarse a callar frente al despotismo y mucho más a colaborar con el régimen bajo cuya férula se encontraban.
    La escritora habanera Eliana Onetti fue una más de los millones de ciudadanos y escritores cubanos que tuvieron que marchar al Exilio bajo compulsión, como víctima del régimen socialista que José Martí, con increíble previsión, llamó "la esclavitud del futuro".
    En este sentido, dicho sea de paso, José Martí también afirmó que "El hombre que quiere ahora que el Estado cuide de él, para no tener que cuidar él de sí, tendría que trabajar entonces en la medida, por el tiempo y en la labor que pudiese el Estado asignarle, puesto que éste, sobre quien caerían todos los deberes, se le darían naturalmente todas las facilidades necesarias para recabar los medios de cumplir aquéllas...De ser siervo de sí mismo, pasaría el hombre a ser siervo del Estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se les llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios...Esclavo es todo aquel que trabaja para otro que tiene el dominio sobre él, y en ese sistema socialista dominaría la comunidad al hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo. Y como los funcionarios son los seres humanos y por tanto abusadores, soberbios y ambiciosos, y en esa organización tendrían gran poder, apoyado por todos lo que aprovechan o esperan aprovecharse de los abusos, y por aquellas fuerzas viles que siempre compra entre los oprimidos el terror, prestigio o habilidad de los que mandan, ese sistema de distribución oficial del trabajo común llegaría sufrir en poco tiempo de los quebrantos, violencias, hurtos y tergiversaciones que el espíritu de individualidad, la autoridad y osadía del genio y las astucias del vicio originan pronta y fatalmente en toda organización humana… El funcionario autocrático abusará de la plebe, cansada y trabajadora. Lamentablemente será, y generará la servidumbre”.
    Este poema de Eliana Onetti se hace eco de los sentimientos de tantos expatriados forzosos en todos los tiempos, como la reflexión del rapsoda romano Ovidio sobre la perdurabilidad, a pesar de estos avatares, de su obra, al dejar escrito que

    “Esto baste en mi epitafio, que mis libros

    mayor gloria me han de procurar, y más dilatada:

    ellos, a fe que lo sé, aunque me hirieron,

    nombre darán a su autor y larga vida”.

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