Thursday, October 2, 2014

Biografía de Rosalía de Castro

Tomado de: Los Poetas

ROSALÍA DE CASTRO 
(1837 – 1885)


Nació en Santiago de Compostela. Fue bautizada con los nombres de María Rosalía Rita. hija de padres desconocidos. Muy poco se sabe de su educación. Se sabe que en la escuela mostró talento de versificadora. También le gustaba el dibujo, la música y la declamación.

Rosalía de Castro contrajo matrimonio con Manuel Martínez Murguía, erudito cronista de Galicia. Al año siguiente Rosalía da luz a su primera hija, Alejandra, a la que han de seguir seis hijos más. Su domicilio cambió varias veces, entre Madrid y Simancas. Rosalía nunca disfrutó de buena salud. Luchó siempre contra enfermedades, y a menudo con la penuria, vivió dedicada a su hogar, a sus hijos y a su marido, nunca aspiró a la fama. Su marido fue quien la convenció para que publicara sus obras. Murió de cáncer a los cuarenta y ocho años en su casa de Padrón, la cual hoy es un museo. Todos sus hijos murieron antes que ella, sin poder dejar herederos.

Compuso sus primeros versos a la edad de 12 años. A los 17 años ya era conocida en el "Liceo de San Agustín". por su primer libro; La Flor. y Follas Novas: es el título de su último libro que contiene su manera de ver la vida, en el muestra su esencia vital. Rosalía muestra una visión sombría de la existencia humana. En los Cantares, Rosalía asume la voz del pueblo gallego. Su obra maestra en castellano es En las Orillas del Sar, versos de tono íntimo, de extraña penetración, cargados de nocturna belleza. Merece ser considerada, al lado de Gustavo Adolfo Bécquer, como la precursora de la Modernidad e iniciadora de una nueva métrica castellana. 

Candente está la atmósfera

Tomado de: The Ink Brain


Candente está la atmósfera;

explora el zorro la desierta vía;

insalubre se torna

del limpio arroyo el agua cristalina,

y el pino aguarda inmóvil

los besos inconstantes de la brisa.


Imponente silencio

agobia la campiña;

sólo el zumbido del insecto se oye

en las extensas y húmedas umbrías,

monótono y constante


como el sordo estertor de la agonía.


Bien pudiera llamarse, en el estío,

la hora del mediodía,

noche en que al hombre, de luchar cansado,

más que nunca le irritan

de la materia la imponente fuerza

y del alma las ansias infinitas.


Volved, ¡oh, noches del invierno frío,

nuestras viejas amantes de otros días!

Tornad con vuestros hielos y crudezas

a refrescar la sangre enardecida

por el estío insoportable y triste…

¡Triste… lleno de pámpanos y espigas!


Frío y calor, otoño o primavera,

¿dónde…, dónde se encuentra la alegría?

Hermosas son las estaciones todas

para el mortal que en sí guarda la dicha;

mas para el alma desolada y huérfana

no hay estación risueña ni propicia.


Nota del Editor de Pensamiento:


Azorín en su libro Clásicos y Modernos, publicado 2 de Febrero de 1939, en la página (37) dedicado a la obra de la escritora Rosalía de Castro, habla sobre su poesía, y como había sido ignorada por los críticos de aquella época. Y como años más tarde se le reconoce a sus poesías castellanas y gallegas un gran valor. Como dice Azorín: “La poesía de Rosalía, en cambio, produce una impresión de suavidad, de dulzura, de sentimentalidad íntima y efusiva, de luz difusa y vaga”. (38). En 1909 se han publicado las obras completas de Rosalía de Castro, uno de ello es En las orillas del Sar, el prólogo por su esposo, don Manuel de Murguía, y decía en una de sus partes: “Causó su innovación tanta sorpresa –añade- que su libro En las orillas del Sar fue, por de pronto, mirado desde el punto de vista, como un atrevimiento indisculpable, por unos; para los más, como un enigma”. (39). Azorín que era un verdadero crítico al analizar su poesía nos dice: “El poeta, por ejemplo, tiene ante sí la visión de un bosque rumoroso y vasto; es en otoño; las hojas van cayendo y cubren de una alfombra amarillenta la tierra. Una “honda angustia” se apodera de Rosalía; su pecho se siente oprimido. Y en ese momento –enlazando, sin decirlo, esta tristeza del otoño y este caer de las hojas con recuerdos y remembranzas que no se nombran-; en este instante, angustiada por la evocación íntima del pasado, Rosalía pregunta: “ Pregunta qué me ha concedido el cielo una tan terca , tan fiel memoria”. (39)

Wednesday, October 1, 2014

HORAS DE AMOR

foto tomado de: Buzonxalapa.com

Hilarion Cabrisas (†) (Cuba)

Te conté mis amores en un claro de luna,
mis amores enfermos de eterno soñador,
y, jinete en el blanco corcel de la Fortuna,
penetré en el palacio de tus sueños de amor.

Y, ¿recuerdas el cuento de la Bella Durmiente
que en su alcázar de mármol dormida se quedó?
Yo fui el Príncipe amante que con un beso ardiente
tus dormidos y vírgenes amores despertó.

Después, cruzó el fantasma silente del olvido…
Aquel amor de ensueños que te cante al oído
a otras dormidas vírgenes les he vuelto a cantar

pero en el alma guardo indeleble tu huella;
una albura de nieve, un resplandor de estrella
y unas indefinibles ansias de sollozar…

ESTE ADIÓS

Foto tomado de: Pounding Heartbeat.com

Leonora Acuña de Marmolejo (Colombia)

Este adiós que me deja sin acento
y me priva del gozo de tu risa,
es cual campana sacudida aprisa
corta mi vida ya sin pensamiento.


Este dolor  tenaz, espina al viento
dolor de tu partida sin sonrisa,
es una mariposa que sin brisa
se mece entre las flores sin aliento.

Es pesar de mi vida anonadada
e incapaz de sentirse ya halagada,
sin aurora que alumbre en la mañana,

es sonido, dolor estremecido
del canto de un turpial adolorido
porque ha muerto la voz de la campana.

SOY TODO CANTO

Foto Tomado de: Lady Patsys Chambers
Hilda Norma Vale (Argentina)

Porque soy todo canto, toda aurora,
soy jolgorio de tórtolas y trino,
yema apical del álamo y del pino,
espiga enhiesta que en el sol se dora.

Soy mástil de guitarra, donde mora
cuerda vibrátil de cantar genuino.
Robledal hecho cuba, donde el vino
se recuesta, se añeja y se atesora.

Soy ilusión que al viento suelta amarras,
cimbrar sonoro de alas de cigarras,
alero donde la esperanza anida.

Soy la poesía, brújula de amores,
el cosmos donde abundan los fulgores
y bálsamo sublime de la vida.

TRISTE DESPERTAR

IMAGEN: MAURICE HIBBERD/EVENING STANDARD/GETTY IMAGES
Tomado de: Mashable.com

Hortensia Munilla (Cuba)

Anoche regresaste del pasado
porque sentí que raudo me latía
el pobre corazón que todavía
se inspira en tu recuerdo tan amado.

Estabas junto a mí, ya que a mi lado
oí tu voz que quedo me decía:
“No te he olvidado nunca, vida mía,
desde este mundo ignoto y retirado”.

Sentí tal emoción en ese instante
que me hizo sollozar, y palpitante,
tu nombre pronuncié amorosamente.

Jamás un despertar me fue tan triste
pues con la realidad tú te me fuiste
y me he quedado sola nuevamente…

EVOLUCIÓN

Tomado de: Meteo Portocolom.com

Manuel I. Aparicio Paneqe (Cuba)

Los vivos se mueren. Los muertos no viven,
y en forma implacable Las Parcas prosiguen.

Los siglos integran la mucha osamenta
q’en letra de molde nuestra historia cuenta.

El planeta gira con otras esferas
siguiendo del Sol furiosas hogueras.

Nada se detiene. Todo muda el modo,
porque el Tiempo inerte lo destruye todo.

Mas nada es en vano, aunque nada dura,
si al cambiar la forma cada acción perdura.

Cuando muera el polvo me habrá consumido,
q’es la única forma de qe algo hemos sido.

La lluvia derrama su esencia en el suelo
porque de aquí sale prestada hacia el cielo.

GRACIAS AL VERSO

Eliana Onetti (Cuba) (†)

Cuando la ruda domesticidad de lo cotidiano
muerde fiera y sañudamente la frágil conciencia,
cuando las rosadas ilusiones del albor primero
se desmayan tristemente lacias en el alma mía,
cuando horizonte y pasado se mezclan en una
sola raya negra, irremediablemente amarga,
recurro al verso.

Cuando la pena se enrosca y oprime el pecho
como coyunda de acero que hiere y que rasga,
cuando dolores de alma y de cuerpo se abrazan
en un solo gemido desmayado y lastimero,
cuando esperanza y recuerdos son un solo grito
huero derramado en solitario y sin remedio,
recurro al verso.

Cuando agobian las tristezas de este mundo nuestro,
hosco y yermo, cruel y adusto, vano y enteco;
cuando tremolan la ira, la indignación, el miedo,
bajo las torpes orgías de sangre, de hambre, de cruz,
cuando veo que es inútil la virtud y mentira
la belleza y utopías el honor y la verdad,
recurro al verso.

Cuando faltan ya las fuerzas para proseguir el sueño,
cuando dudo a solas, cuando pienso y me pregunto
de qué sirve que tengamos los humanos Padre Nuestro,
cuando vuelvo atrás la vista y veo duelos, luto,
jirones de vida, quebrantos, vistiendo el recuerdo
con mezquindad, genocidio, locura, odio, infierno,
recurro al verso.

Recurro al verso, promesa eterna de plenitud,
que trueca la negrura de mi pozo en tibia luz.
Recurro al verso, bálsamo excelso de redención,
que cierra heridas con la cadencia de cada rima,
Recurro al verso, donde cohabitan quimera,
ficción y desvarío en delirio de esperanza
con fidelidad inaudita.

Y es entonces, ¡alma mía!,
quimérica creación de lo imposible,
incólume y rediviva,
que retomas tu fervor y tu alegría.

Cuando tu mueras


Pedro Briceño (Venezuela)

Cuando tú mueras
no te buscaré en tu tumba
porque sé que no estarás en ella,
estarás en el aire,
en las flores,
en el mar,
en mi.
Te sentiré en la tierra
que piso.
Te probaré en el vino
que bebo.
Te veré en las estrellas
que deseo.
Te amaré en mis sueños
que anhelo.
Cuando tú mueras
viviré contigo en mí,
dos almas en tu cuerpo,
un amor por dentro
sin miedo a la muerte,
con la esperanza de vivir
los dos unidos
para siempre.

Búscame en tu sombra


Emilio J. León (Cuba) (†)


!Búscame en tu sombra
allí me encontrarás;
en la palabra que te nombra
allí me hallarás…!

En la lumbre de la hoguera
en el sol matinal
en la escurridiza quimera
en el fresco manantial;

como duende en tu derredor
en el brillo en la mirada
como alegría en la carcajada
como sonrojo en tu pudor;

¡Búscame en tu derredor
en el átomo, en el sabor de la miel;
en la estrella, en tu sudor,
en tu alma, en el cascabel…!

Cuanto te agotes y no me halles
me apareceré en tus sueños:
loco, te apretaré fuerte al talle
y morderé tus senos pequeños;

¡Búscame allí…en tu sombra
que siendo uno de los dos
dormiré con tu sombra
aunque me castigue Dios…!

Bendiciones.

Blanca M. Segarra (Cuba)
¡Bendito sea el olvido
y bendita la memoria!
¡Bendita sea la historia
de nuestro edén renacido!
Bendito cuando olvidamos
afrentas, penas, traiciones.
¡Bendito si recordamos
aventuras y pasiones!
Recordar unas caricias...
Olvidar un desamor.
¡Rememorar las primicias
que nos cubrió de rubor!
Agua de mar o de río.
Día de Sol, noche helada..
Un amor, un amorío...
¡Sinceridad, canallada!
Bendito es vivir y amar.
Benditas aguas pasadas.
La verdad no he de negar.
¡Siempre existirán dos caras!

EL ANCIANO INTERIOR

Carmen Hebe Tanco (Argentina)


Es tan antiguo como erudito.
-Está donde cierra la noche-
Su raleada barba resplandece.
EL, es entendimiento,
solvencia, reflexión.
Sobrecarga ateridas crisis
por desmitificar concepto.
Es el que liberando pánico
-origina fortaleza propia-
Defendiéndote de Ti mismo.
El, procura que discurrir
tenga morigerada cadencia
en mi individualidad o estilo.
Nunca apresura ni retrasa.
-Viene en justo albor-
Cuando extiendas los brazos
tras el atardecer más longo
con voz de alma atenuada:
ceñirás al Anciano Interior
en ilustración inmutable, y
ya no serás quien eras”.

Siempre Eterna


Herminia D. Ibaceta (Cuba)



No me busques,
no en los recodos de las cosas muertas,
ni en agonía de luces,
ni en flor que en vasos de estío
aburrida de pétalos se quiebra.
No me busques,
no en el revuelo de las hojas secas,
ni en inviernos, ni en noches,
ni en la postrer esquina de la senda.
Si me quieres hallar…
Búscame en lo que vive,
en el rocío, en las algas frescas,
o en el canto de luz de las auroras.
Búscame allá, donde se crea
El místico arrebol de las corolas.
No tengo edad,
el alma que me alienta,
saltarina de luces y de ondas,
renace al despertar la primavera.
No, no tengo edad,


estoy siempre en el preludio de la senda.

A UNA MANO


Miguel de Varona Navarro (Cuba) ( †)

Mano pálida y frágil que llamas a mi puerta
persiguiendo el encanto de una anécdota incierta,
mi corazón que anhela tu piedad nazarena,
espera de tu gracia alivio a su honda pena.

Mano diáfana y leve, lirio de eucaristía,
rosa mística y santa, perfuma el alma mía.
Pon sobre mis nostalgias tu proverbial fragancia,
que yo pondré en tu nácar la dulce resonancia
de un beso casto y puro, pletórico de unción…

Mano pálida y frágil, nardo de ensoñación,
pon tu mágico efluvio sobre mi corazón.


EN UNA ROSA


Alexandra Witt (Paraguay) (†)

Gotas de agua transparente,
en una rosa,
te pareces a mi madre
sencilla y cristalina
reflejada en ella,
te veo madre, con tu hermosura
a través de los años,
en esta rosa

Amiga mía,
compañera de todos mis momentos
tus manos son el abrigo
cuando siento frío,
y tu sonrisa en todo momento,
llena mi mundo.

Y hoy madre, mirando esta rosa
he tratado de describirte
fue difícil porque
las palabras son pocas…

porque eres todo para mí.

Los Poetas

Rosa M. Cabrera (†) Cuba

Los poetas llevamos el dolor en los labios
como una flor inmensa;
es el dolor de los versos no brotados,
de los nacientes versos,
que perdidos en el camino de un canto
mueren en balbuceos.

Tenemos siempre el corazón poblado
de abortados sueños
y fantasmas de ilusiones que revivimos en vano.
Tenemos el silencio quedo
y la música herida, como un recuerdo ingrato.

Arrastramos la vida sin descanso
en un vano deseo
de cosas superiores y horizontes lejanos,
y soñamos sin freno,
con sueños perseguidos de versos y de cantos.


Arte al amanecer


Rowland J. Bosch (Cuba)

Surgió un regalo de tu mano experta,
que supo dibujar la imagen bella
bajo del cielo singular estrella
y se posó en tu lienzo a ciencia cierta.

Talento natural abre tu puerta
de la fama que alumbra y que destella
has de dejar por siempre hermosa huella
que se agranda por día y queda abierta.

A otros logros mayores de pintura
alcanzará tu genio gran altura
con el pincel divino de tu arte

y yo, orgulloso, quedaré extasiado
por los triunfos inmensos que has logrado

y que en tu paso exhibes de estandarte

BALADA DEL AMOR TARDÍO


Por: Dulce María Loynaz (†) Cuba

Amor que llegas tarde,
tráeme al menos la paz:
Amor de atardecer, ¿por qué extraviado
camino llegas a mi soledad?

Amor que me has buscado sin buscarte,
no sé qué vale más:
la palabra que vas a decirme
o la que yo no digo ya...

Amor... ¿No sientes frío? Soy la luna:
Tengo la muerte blanca y la verdad
lejana... —No me des tus rosas frescas;
soy grave para rosas. Dame el mar...

Amor que llegas tarde, no me viste
ayer cuando cantaba en el trigal...
Amor de mi silencio y mi cansancio,
hoy no me hagas llorar.