Friday, May 1, 2015

Bienvenidos a Pensamiento Poetico


M A D R E


Herminia D. Ibaceta

                                         “La más dulce palabra en labios
                                     de los seres humanos es la palabra Madre,
                                         y el llamado más dulce es Madre Mía.”
                                                                            Khalil Gibrán

        Y todo terminó con la certera
        paletada de tierra sobre el cuerpo.
       Emprendiste los rumbos de la niebla
       como dueña absoluta del silencio.

     En vano retornó la primavera
    verdeciendo las sendas del invierno.
    Yo te sigo buscando en las estrellas,
    tú, te sigues perdiendo en sus reflejos.

   No se pueden medir distancia y tiempo.
   Más allá del ocaso de la vida
  nos espera la tierra del encuentro.

 Duerme en las rosas, en la brisa duerme,
no vencerán las sombras de la muerte
 las eternas auroras del recuerdo.

MATERNIDAD

Tomado de Wikipedia
Eliana Onetti (Cuba) (†)

La loba, agazapada en la maraña
de espinos verdes y cambrones tristes,
enferma de avidez, oteaba la cabaña.

De hambre y de dolor enloquecida,
había bajado, herida, la montaña
en búsqueda febril, casi suicida.

Y vio la presa fácil y allegada.
Caliente y olorosa presa viva
de carne suculenta y delicada.

Babeando de fruición, con paso lento,
temblándole de gusto las ijadas,
la loba fue acercándose con tiento.

Con miedo de perderla en un descuido
llegó casi arrastrándose, con ansia.
Abrió las fauces, atacó sin ruido,

Y el niño despertó con un vagido.
La loba mordió el aire, sorprendida.
Su instinto recordaba aquel sonido.

Sonido de cubil y de manada,
de cría temblorosa y desvalida,
de ubre dolorida, de camada.

El hambre y el instinto forcejearon
en un momento solo de agonía.
Después hambre e instinto se alejaron
del niño que inocente sonreía.

Bálsamo

Foto de: Leaning into Loss
Blanca M. Segarra

Tanita es algo más que Luz Dorada
fría, aterciopelada
que llega junto a mi;
es un ave que canta en mis extrañas
una pena inmortal que no me daña
ni se aleja de mi.
Tanita es ver el ocaso cada tarde
soñando con el alba al nuevo día
es una brisa suave de alegría
aliviando la herida que me arde.

Pasión desnuda

Orestes A. Pérez
Publicaciones Entre Líneas

Orestes A. Pérez, periodista, escritor y poeta, nació en Marianao, La Habana, Cuba, el 9 de noviembre de 1940. Cursó sus primeros estudios en la Escuela Pública No. 5 de esa ciudad. Se graduó más tarde de Bachiller en Ciencias y Letras, y de la Escuela Nacional de Periodismo, ingresando posteriormente en la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana, graduándose de la misma.

Sus poemas y cuentos han sido incluidos en importantes antologías internacionales. Ha recibido numerosos premios, menciones de honor y varias condecoraciones en certámenes y concursos nacionales e internacionales. Ha publicado ocho poemarios y dos libros de cuentos.

Hace más de diez años fundó, con otros periodistas, escritores y poetas, el Club Cultural de Miami “Atenea”, desarrollando magníficas actividades culturales, así como un Taller Literario gratuito, donde contribuye como profesor al desarrollo literario y cultural de las nuevas generaciones de Miami.

Me amas

Lo dicen tus ojos color esmeralda
con la simple mirada del amor ardiente
y con el fulgor oculto del amor callado.

Lo dicen tus manos cual blancas palomas
cuando acarician las teclas sonoras
del vetusto piano.

Lo dicen tus labios, rojas amapolas
tus gestos, la palabra muda
la sonrisa cómplice y el saludo vago.

Lo habla tu silueta de rítmico andar
el suspiro ardiente que esconde tu pecho
cuando te abandonas pasando a mi lado.

Lo dicen tus ansias, locas reprimidas
de antregarte toda cálido beso
en cada minuto que vives soñando. 


El Clavel y la Rosa

Crecían una rosa y un clavel
amantes y felices de la vida
en el rincón oscuro de un vergel
que dióles Mayo por nupcial guarida.

Y sucedió que el jardinero un día
cortó la rosa y destruyó el amor
y el clavel lentamente se moría
marchito de tristeza y de dolor.

Así mi amada un día se alejó,
como el clavel marchito yo quedé,
y lentamente como muere el sol,

con mi pena de amor, me moriré.

Tus Ojos

Foto tomado de: Nosotros2.com
Por: René León

Frente a mí el mar
azul, verde brillante,
bajo un sol del mismo color.
Sólo dos matices de colores,
el del cielo y el mar.

En esa soledad,
en este silencio
de tranquilidad y quietud,
un lazo nos une:
... tus lindos ojos.

Tus ojos son la juventud,
la alegría, el entusiasmo.
Son azules, verdes, profundos,
de intenso fuego.

El cielo suave, las nubes
caminan en el inmenso espacio;
todas mis sensaciones y meditaciones
se polarizan en ti;
y mis ojos se encuentran con los tuyos
en el silencio de la tarde.

Labios de carmín,
dientes blancos, pestañas largas
y el mohín de tu boca.
Las horas transcurren lentas
mientras las olas del mar
baten la playa.

El mar es azul, verde
y las olas del mar
van y vienen
sobre la arena de la playa.

... y tus ojos, azul, verde,
profundos, intensos,
en el silencio de la tarde.