Tuesday, December 1, 2015

VENCIDO (EXPEDIDO)


 Estaba en fuga el amor
al cruzarnos en silencio
reproches crueles y ardor
de agravios viejos en tiempo.
Nuestros ojos cual espadas
centelleantes y al acecho.
Yo cuidando que no me hirieras
Tú, la mira puesta en mi pecho.
Estaba en fuga  el amor
al cruzarnos en silencio
el tuyo ya sin valor
el mío no tuvo precio
y los reproches y agravios
igual que viejos boletos
no llegaron a mis labios.
¡Para mí son obsoletos!.
*
Blanca M Segarra (MIMI)

 3/28/2012

Sunday, November 1, 2015

Rostros



Miro hacia arriba,
hacia lo alto del cielo.
Es un cielo parcialmente nublado.
Nublado con esas nubes
blancas, desgastadas, sin silueta.
Puedo ver en ellas rostros muy tristes,
ellos gritan su temor, ellos lloran su dolor.
Son rostros de hombres
como tú, como yo.
Los veo a cada instante,
puedo oir su triste melodía,
puedo sentir su inmensa agonía.
Son rostros que algún día
compartir mi melancolía.

Pedro Briceño

Al hijo muerto




Por: Julio A. León (†)


el hijo muerto que pariste
no es hijo tuyo solamente
es hijo del dolor nuestro.

llegó con los ojos abiertos
pero sus ojos no vieron
la noche que se fugaba
en un bote de espuma negra
que resbalaba sobre las duras piedras.

sus labios gruesos no reían
su boca sin besos
mostraba una muda mueca
de desconsuelo
de dolor
de pena.

el hijo muerto que pariste
no es hijo tuyo solamente
es hijo del dolor nuestro.

su cuerpo mulato no sudó
con sudores de ron y melao
ni sus pies resbalaron
sobre el triste polvo del cabildo
en las noches de fiesta y bachata
de bachata y cubancha.

Sus ojos no vieron de nuestras verdes
palmas sus reflejos
ni el arcoiris de pluma
Que viste el papagayo.

en sus oídos sordos
no repiqueteó el tambor
con su ritmo sensual
ritmo mulato y tropical.

el hijo muerto que pariste
no es hijo tuyo solamente
es hijo del dolor nuestro.

Thursday, October 15, 2015

Poemas de MARIO BENEDETTI

MARIO BENEDETTI


Amor de tarde

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.



Arco iris
A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea

sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo

sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente

y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin deseperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía

llorar
sólo llorar

entonces su sonrisa
si todavia existe
se vuelve un arco iris.

Poemas de José Ángel Buesa

José Ángel Buesa



CANCIÓN DE LA LLUVIA

Acaso está lloviendo también en tu ventana;
Acaso esté lloviendo calladamente, así.
Y mientras anochece de pronto la mañana,
yo sé que, aunque no quieras, vas a pensar en mí.

Y tendrá un sobresalto tu corazón tranquilo,
sintiendo que despierta tu ternura de ayer.
Y, si estabas cosiendo, se hará un nudo en el hilo,
y aún lloverá en tus ojos, al dejar de llover.


A UNA LÁGRIMA

Gota del mar donde en naufragio lento
se hunde el navío negro de una pena;
gota que, rebosando, nubla y llena
los ojos olvidados del contento.

Grito hecho perla por el desaliento
de saber que si llega a un alma ajena,
ésta, sin escucharlo, le condena
por vergonzoso heraldo del tormento.

Piedad para esa gota, que es cual llama
de la que el corazón se desahoga
cual desahoga espinas una rama.

Piedad para la lágrima que azoga
el dolor, pues si así no se derrama,
el alma, en esa lágrima se ahoga...

Orgullo



Me siento entristecido y angustiado
muy brusco, un arrebato de violencia
hirió de lleno, frágil su conciencia
y sin mirarnos más hemos quedado.

Sin yo quererlo un mal ha separado
nuestras dos vidas que con gran paciencia
siempre han unido su poder y ciencia
y juntas tantas pena han purgado.

Quisiera conciliar este quebranto
de la amistad que más ha florecido
quisiera si, con ruegos y con llanto.

  Pedirle que olvidara lo que ha sido,
pero el orgullo con su negro manto

malvado consejero lo ha impedido.

Era bella tal una mariposa

Foto tomada de: www.fanpop.com
Por: Isabel Díez Serrano

Era bella tal una mariposa, 
azucena tocada por la gracia 
y partía, con naves mar abierto 
donde jugueteaban los delfines 
y su rostro marcando terciopelo. 
Iba 
camino del amor, 
ya convenido por padres tan egregios, 
sin un ¡ay! que saliera de su boca, 
hacia Hasburgo, en busca del Hermoso. 

MILAGROS DE OTOÑO *

                                 
Por: Leonora Acuña de Marmolejo

                                    Hoy desde mi ventana, complacida contemplo
                             -en esta soleada mañana de noviembre-
                             cual lluvia de hojas rojas, marrones y amarillas
                             el deshoje que otoño como oriental tapiz,
                             sobre el prado aún verde, extiende en esplendor.

                                    Una ardilla ha venido, golosa a taladrar
                             la enorme calabaza que esconde las semillas
                             que en su vientre fecundo maduran en otoño.
                             ¡Oh, Natura, Natura! ¡Cuánta belleza encierras,
                             en divinos milagros que deslumbran al cosmos!

                                   El viento del otoño desnuda la arboleda
                             porque sabia Natura necesita entrar luz
                             a través del ramaje en el lúgubre invierno,
                             y en el sagrado ciclo del venturoso cosmos,
                             a nutrir “madre tierra”, la hojarasca regresa. 

                                   Unas flores se han ido, mas aún perduran rosas
                             que como cancerveros vigilan mis ventanas,
                             y aún hay crisantemos de vistosos colores
                             y hay caléndulas bellas compartiendo el jardín:
                             ¡Son de Otoño milagros, de armonía y de color!

                             ¡Yo quiero esa tibieza y color en mi otoño!

                   * Poema del libro inédito “EN ALAS DE LA MUSA”


Thursday, October 1, 2015

TU ENTERO CUERPO



Emilio J. León (†)

¡Sí, tú…! ,
con esos ojos
de mirada de arcoiris
me tienes roto el cerebro
perdido el corazón
desvanecida el alma…

¡Sí, tú…!
con tu risa de cascabeles
que haces danzar las flores
me compeles a rezar quedo
para que tu alegría perdure
en los siglos por venir…

¡Sí, tú…!
que llevas en tu entero cuerpo
el secreto de todos los goces
haces estrellar mi furia
en tu naturaleza de mujer
para que mire y no toque…

¡Sí, tú… ¡
que desde la eternidad
todos los dones has recibido
te bendigo como hombre
por esos regalos escondidos
en tu cuerpo de mujer…

¡Sí, a ti…!

te  bendigo como hombre
por esos regalos escondidos

en tu cuerpo de mujer



El Silencio de la Noche


        …a Casilda

Sentado estoy
en la orilla de la playa,
mirando la caída
de la tarde,
las olas baten la playa
de arena fina.
Sólo las olas del mar
que rodean los pequeños botes,
y el salto de los peces,
que vuelven al mar,
rompen el silencio
de la noche.
La luna
se mueve lentamente
 a través del cielo
de azul tropical,
como un gran fantasma
mezclándose con las
estrellas de radiante
belleza.
Veo a lo lejos
las luces
del pueblo
que se van apagando
una tras otra,
hasta que va
quedando
en el silencio de la noche.

René León

(1989)

Tuesday, September 1, 2015

Las Futbolistas



A mis nietas Amada y Nicole 


El sol surge tibio
con su semestral caricia,
debía ser allí
en Estocolmo
donde todos los paisajes,
todos los idiomas,
todo tinte de piel
cabalguen
sembradoras del alba.

Se escucha el silbato;
Nicole, geometría humana,
circunferencia, triángulo,
línea recta, curva, mixta
hace girar la pelota,
impone el ritmo a sus piernas
y cual río de quiebres
que se vierte en la cancha,
llega la zona de peligro,
grita su corazón
y con la zurda
dibuja el gol.

Annya pertenece al país
de los pájaros,
proyecta el balón
hacia el costado
derecho
y realize un quite.

Fecundas semillas,
pródigas de aurora
llevan en los pies
la destreza multiplicada
de su padre.
En ellas,
te veo a ti,
hijo mío.
Ellas van escribiendo
tu nombre,
escuchan tu sangre,
tus júbilos.

El viento se evapora
con rumor de azaleas,
las niñas de aquí,
de allá,
del norte y del sur
hunden las barreras.
El tiempo rema,
avanza al encuentro
de hombres y mujeres
que abrazan sueños y olvidos.
Luz Argentina Chiriboga, Quito, Ecuador         



A M O R (Soneto)

Por Antonio Alcala

Belleza y fuerza es el amor.
Despierta los sentidos su vivencia,
Exhala del humano pura esencia,
Y como rosa es...fragante flor.

Espinas en su tallo protector,
Sostén y defensor de la prudencia,
Exigen rehuir toda vehemencia
Que cause algún dolor o desamor.

Amor es alegría celebrada,
Canto a las grandes y pequeñas cosas,
Versos a ritmo lento de balada.

Palabras que al oírlas son gozosas,
Y turban seductoras a la amada
Porque son de amor, las más hermosas.

Friday, May 1, 2015

Bienvenidos a Pensamiento Poetico


M A D R E


Herminia D. Ibaceta

                                         “La más dulce palabra en labios
                                     de los seres humanos es la palabra Madre,
                                         y el llamado más dulce es Madre Mía.”
                                                                            Khalil Gibrán

        Y todo terminó con la certera
        paletada de tierra sobre el cuerpo.
       Emprendiste los rumbos de la niebla
       como dueña absoluta del silencio.

     En vano retornó la primavera
    verdeciendo las sendas del invierno.
    Yo te sigo buscando en las estrellas,
    tú, te sigues perdiendo en sus reflejos.

   No se pueden medir distancia y tiempo.
   Más allá del ocaso de la vida
  nos espera la tierra del encuentro.

 Duerme en las rosas, en la brisa duerme,
no vencerán las sombras de la muerte
 las eternas auroras del recuerdo.

MATERNIDAD

Tomado de Wikipedia
Eliana Onetti (Cuba) (†)

La loba, agazapada en la maraña
de espinos verdes y cambrones tristes,
enferma de avidez, oteaba la cabaña.

De hambre y de dolor enloquecida,
había bajado, herida, la montaña
en búsqueda febril, casi suicida.

Y vio la presa fácil y allegada.
Caliente y olorosa presa viva
de carne suculenta y delicada.

Babeando de fruición, con paso lento,
temblándole de gusto las ijadas,
la loba fue acercándose con tiento.

Con miedo de perderla en un descuido
llegó casi arrastrándose, con ansia.
Abrió las fauces, atacó sin ruido,

Y el niño despertó con un vagido.
La loba mordió el aire, sorprendida.
Su instinto recordaba aquel sonido.

Sonido de cubil y de manada,
de cría temblorosa y desvalida,
de ubre dolorida, de camada.

El hambre y el instinto forcejearon
en un momento solo de agonía.
Después hambre e instinto se alejaron
del niño que inocente sonreía.

Bálsamo

Foto de: Leaning into Loss
Blanca M. Segarra

Tanita es algo más que Luz Dorada
fría, aterciopelada
que llega junto a mi;
es un ave que canta en mis extrañas
una pena inmortal que no me daña
ni se aleja de mi.
Tanita es ver el ocaso cada tarde
soñando con el alba al nuevo día
es una brisa suave de alegría
aliviando la herida que me arde.

Pasión desnuda

Orestes A. Pérez
Publicaciones Entre Líneas

Orestes A. Pérez, periodista, escritor y poeta, nació en Marianao, La Habana, Cuba, el 9 de noviembre de 1940. Cursó sus primeros estudios en la Escuela Pública No. 5 de esa ciudad. Se graduó más tarde de Bachiller en Ciencias y Letras, y de la Escuela Nacional de Periodismo, ingresando posteriormente en la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana, graduándose de la misma.

Sus poemas y cuentos han sido incluidos en importantes antologías internacionales. Ha recibido numerosos premios, menciones de honor y varias condecoraciones en certámenes y concursos nacionales e internacionales. Ha publicado ocho poemarios y dos libros de cuentos.

Hace más de diez años fundó, con otros periodistas, escritores y poetas, el Club Cultural de Miami “Atenea”, desarrollando magníficas actividades culturales, así como un Taller Literario gratuito, donde contribuye como profesor al desarrollo literario y cultural de las nuevas generaciones de Miami.

Me amas

Lo dicen tus ojos color esmeralda
con la simple mirada del amor ardiente
y con el fulgor oculto del amor callado.

Lo dicen tus manos cual blancas palomas
cuando acarician las teclas sonoras
del vetusto piano.

Lo dicen tus labios, rojas amapolas
tus gestos, la palabra muda
la sonrisa cómplice y el saludo vago.

Lo habla tu silueta de rítmico andar
el suspiro ardiente que esconde tu pecho
cuando te abandonas pasando a mi lado.

Lo dicen tus ansias, locas reprimidas
de antregarte toda cálido beso
en cada minuto que vives soñando. 


El Clavel y la Rosa

Crecían una rosa y un clavel
amantes y felices de la vida
en el rincón oscuro de un vergel
que dióles Mayo por nupcial guarida.

Y sucedió que el jardinero un día
cortó la rosa y destruyó el amor
y el clavel lentamente se moría
marchito de tristeza y de dolor.

Así mi amada un día se alejó,
como el clavel marchito yo quedé,
y lentamente como muere el sol,

con mi pena de amor, me moriré.

Tus Ojos

Foto tomado de: Nosotros2.com
Por: René León

Frente a mí el mar
azul, verde brillante,
bajo un sol del mismo color.
Sólo dos matices de colores,
el del cielo y el mar.

En esa soledad,
en este silencio
de tranquilidad y quietud,
un lazo nos une:
... tus lindos ojos.

Tus ojos son la juventud,
la alegría, el entusiasmo.
Son azules, verdes, profundos,
de intenso fuego.

El cielo suave, las nubes
caminan en el inmenso espacio;
todas mis sensaciones y meditaciones
se polarizan en ti;
y mis ojos se encuentran con los tuyos
en el silencio de la tarde.

Labios de carmín,
dientes blancos, pestañas largas
y el mohín de tu boca.
Las horas transcurren lentas
mientras las olas del mar
baten la playa.

El mar es azul, verde
y las olas del mar
van y vienen
sobre la arena de la playa.

... y tus ojos, azul, verde,
profundos, intensos,
en el silencio de la tarde.

Wednesday, April 1, 2015

¡AÚN HAY SANGRE!

                                           
                                
           Por: Leonora Acuña de Marmolejo

  Hoy es abril y el campo está arropado
  por el manto argentado de la diva
  que aún ve deshojar el lirio sacro
  ¡profanando insensato el santo cáliz!

 Del vernal equinoccio es luna llena
 y mi alma vaga estremecida así
 recordando que cruento el sacrificio
 fue perpetrado el plenilunio aquel,

 veinte siglos atrás de oprobio humano
 en que la fiera devoró al cordero,
 sin comprender que el corazón sangrante
 ¡se derretía en dolor para salvarla!

¡Hoy es abril y tras de mi ventana,
 salpicada de sangre veo la alfombra:
¡aún pasan corderos perseguidos

 por la fiera que no se sacia nunca!

Sunday, March 1, 2015

GABRIELA

Gabriela Mistral (Chile) †

Por Eliana Onetti (Cuba) †

Gavilla morena de trigo maduro;
Acebo espigado de reflejos glaucos;
Brisa insatisfecha;
Roquedal y estrella.
Intima y lejana,
Eremita y solidaria,
Libaste de la copa de la vida
Asida firmemente a la tristeza.

Me duelen tus dolores, poetisa.
Inspírame tu fortaleza.
Soy mujer como tú y soy maestra.
Templándome en tu ejemplo,
Redoma quiero ser de tu ternura,
Aljibe quiero ser de tu dulzura,

Lampa quiero ser de tu cosecha.

Sunday, February 1, 2015

Allí me encontrarás





Antonio A Acosta (Cuba)

Cuando  tus amaneceres
se cubran de sombras,
y tu andar se haga
tedioso y vacilento;
en un ¡Ay!
saturado de vivencias;
allí, me encontrarás.

Cuando las hojas
cambien sus matices,
adornando la tierra
de colores;
en el canto armonioso
de un sinsonte;
allí, me encontrarás.

En la ceniza inerte,
dormida en el residuo
de una vela apagada,
y que al contacto sublime
de tus manos de diosa,
se hará lumbre viva,
se hará llamarada;
allí, me encontrarás.

En el recuerdo
de una caricia inocente,
cándida y sincera;
y que un día, despertó
el hambre de tu piel.
En aquel anhelo
que el dogma dejó trunco;
allí, me encontrarás.

En la página doblada
de un viejo libro de poemas,
donde los dos soñamos
un mundo de quimeras;
en una frase prestada
de otro enamorado;
en la incertidumbre
de una espera;
allí, me encontrarás.

En la brisa del mar,
susurrando una canción
lejana;
en el nostálgico
vacío de tu cama,
en  un suspiro que no tuvo
una aceptada explicación;
mirando, sin mirar
por tu ventana;
allí, me encontrarás.

En la humilde sonrisa
de un desconocido;
que sonrió, tal vez
sin intentarlo;
en el afán de un ave
construyendo su nido;
allí, me encontrarás.

En el silencio tenebroso
de una noche sin luna,
busca en la inmensa
bóveda del Cielo
un rayo luminoso;
préndelo en tu pecho,
escóndelo en tu seno
refúgialo en tu lecho;
y allí, allí, me encontrarás.

Mujer

Muchacha en la ventana por Salvador Dali

Aurelio Torrente Iglesias (Cuba)

Mujer que en mi alentar de madrugada,
me colma con rocío de colores;
mujer que en mi jardín, toda hecha flores,
poliniza con besos la mirada.

Mujer que descifró la sublimada
caricia de mi sol en sus albores,
ardiendo con la luz de sus amores
para ser por mi amor ternizada.

Y tú eres la mujer, Eva que un día
asomaste a mi Edén de poesía
como ángel azul de mi conciencia.

Ha sido el cielo quien me dio tu mano,
para amarte de joven y de anciano

como sola mujer de mi existencia. 

Jardín de las delicias


María Eugenia Caseiro (Cuba)



Lo árboles obsesos
sin tomar en cuenta el nubarrón
apostado detrás de las guanábanas
matizaban el jardín que contenía el mar,
el dintel de los veranos,
el hombre sudoroso de las galimatías,
los niños con monedas en los brazos,
Lourdes, las dos Lourdes,
una con zapatos de cristal,

                                             la otra
de chenille y porcelanas…

MOLINERO DEL AZAR


“Diamantes son pedazos de carbón
que persistieron en su trabajo”
     Epígrafes de Forbes

Por: Leonora Acuña de Marmolejo

Muele, muele molinero,
no abandones tu destino:
muele y muele en tu camino,
alcanza el lugar cimero.

Las aspas de tu molino
son las aspas de tus ansias
que te darán las ganancias
al final…¡oh, peregrino!

Muele,muele molinero
mueve, mueve tu molino,
busca, busca tu destino
que gana el que es tesonero.

No te canses, molinero,
molinero del azar;
¡podrás tu estrella alcanzar
si tus aspas son de acero!

No te canses molinero
piensa que el camino es corto;
vé en el resplandor del orto
con la “fe del carbonero.”

Todos somos molineros
en pos de nuestro destino
y molemos el camino
con ansias de marineros.

Si alcanzar quieres la estrella
al final de la jornada,
de amor y paz, haz cruzada
y deja una limpia huella.

¡Haz que tu molino sea
MENSAJERO NAVIDEÑO,
y haz realidad aquel sueño
de Cristo de Galilea!

AMOR TARDÍO

Foto tomado de: Flight of the Soul
José Ángel Buesa (Cuba) (†)

Tardíamente, en el jardín sombrío,
tardíamente entró una mariposa,
transfigurando en alba milagrosa
el deprimente anochecer de estío.

Y, sedienta de miel y de rocío,
tardíamente en el rosal se posa,
pues ya se deshojó la última rosa
con la primera ráfaga de frío.

Y yo, que voy andando hacia el poniente,
siento llegar maravillosamente,
como esa mariposa, una ilusión;

pero en mi otoño de melancolía,
mariposa de amor, al fin del día,
qué tarde llegas a mi corazón...

COMO LA PRIMAVERA

Pintura de: EMILE ORLIK
Tomado de:  El Rincón De Mis Desvaríos

Juana de Ibarbourou
(Uruguay) (†)

Como una ala negra tendí mis cabellos
sobre tus rodillas.
Cerrando los ojos su olor aspiraste,
dicendome luego:
-¿Duermes sobre piedras cubiertas de musgos?
¿Con ramas de sauces te atas las trenzas?
¿ Tu almohada es de trébol? ¿Las tienes tan negras
porque acaso en ella exprimiste un zumo
retinto y espeso de moras silvestres?
¡Qué fresca y extraña fragancia te envuelve!
Hueles a arroyuelos, a tierra y a selvas.
¿Que perfume usas? Y riendo te dije:
-¡Nintuno, ninguno!
Te amo y soy joven, huelo a primavera.
Este olor que sientes es de carne firme,
de mejillas claras y de sangre nueva.
¡Te quiero y soy joven, por eso es que tengo
las mismas fragancias de la primavera!

BOSQUE DE ROSAS

Tomado de: wendyshat.com

José Martí (Cuba) (†)

Allí despacio te diré mis cuitas,
¡Allí en tu boca escribiré mis versos!—
¡Ven, que la soledad será tu escudo!
Ven, blanca oveja, (*)
Pero, si acaso lloras, en tus manos
Esconderé mi rostro, y con mis lágrimas
Borraré los extraños versos míos,
¿Sufrir tú, a quien yo amo, y ser yo el casco
Brutal, y tú, mi amada, el lirio roto?
No, mi tímida oveja, yo odio el lobo, (*)
Ven, que la soledad será tu escudo. (*)
¡Oh! la sangre del alma, ¿tú la has visto?
Tiene manos y voz, y al que la vierte
Eternamente entre la sombra acusa.
¡Hay crímenes ocultos, y hay cadáveres
De almas, y hay villanos matadores!
Al bosque ven: del roble más erguido
¡Un pilón labremos, y en el pilón
Cuantos engañen a mujer pongamos!

Ésa es la lidia humana: ¡la tremenda
Batalla de los cascos y los lirios!
Pues los hombres soberbios, ¿no son fieras?
¡Bestias y fieras! Mira, aquí te traigo
Mi bestia muerta y mi furor domado.—
Ven, a callar, a murmurar, al ruido
De las hojas de Abril y los nidales.
Deja, oh mi amada, las paredes mudas
De esta casa ahoyada y ven conmigo
No al mar que bate y ruge sino al bosque
De rosas que hay al fondo de la selva.
Allí es buena la vida, porque es libre,—
Y la virtud, por libre, será cierta,
Por libre, mi respeto meritorio.
Ni el amor, si no es libre, da ventura.
¡Oh, gentes ruines, los que en calma gozan
De robados amores! Si es ajeno
El cariño, el placer de respetarlo
Mayor mil veces es que el de su goce;
¡Del buen obrar qué orgullo al pecho queda
Y cómo en dulces lágrimas rebosa,
Y en extrañas palabras, que parecen
Aleteos, no voces! Y ¡qué culpa
La de fingir amor! ¡Pues hay tormento
Como aquél, sin amar, de hablar de amores!

¡Ven, que allí triste iré, pues yo me veo!
¡Ven, que la soledad será tu escudo!
José Martí


(*)   Los versos 4, 10 y 11 en la edición de Ivan A. Schulman no aparecen en la edición de Carlos Javier Morales