Por: Hilda Norma Vale
Tienen un no sé qué los días domingos,
de aromas olvidados y de hiedra,
de esperanza de encuentro y despedida,
de parques, de senderos y de ausencia.
Tienen un no sé qué los días domingos,
no sé qué de Alfonsina y Baldomero,
un no sé qué de barrios y veredas,
un no sé qué de citas y recuerdos.
Tienen un no sé qué los días domingos:
mi verso inmóvil y tu nombre quieto.
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