Tuesday, February 14, 2017

La Amiga Muerta




Aquí, bajo esta losa, está su cuerpo. Breve
fue su vida, a  manera  de una  vida  de rosa.
Murió tranquilamente una noche lluviosa:
veintiocho  de  agosto  del  novecientos nueve.
Me  acuerdo  de  ella  cuando  constantemente llueve,
y  de  su  noche  última ,  tan  larga  y angustiosa:
una fiebre  que  sube . . ,  Un  sudor. . .  Una  cosa…
El  cura. . . ¡Y  una  vida  que  se  deshoja  leve!
Así  murió  a  mediados  de  una  larga  semana,
y la  enterramos  un  viernes  por  la  mañana.
Aun llovía. Era un húmedo tiempo de luna nueva.
Dijimos  todos:" ¡Nunca, nunca  la  olvidaremos!
¡Tan buena como era...!" Y para que hoy pensemos
en su vida y su muerte, es preciso que llueva.

                                                Felipe  Pichardo Moya.

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