Charlotte, N.C. 1993.
Comentario de René León
Tengo en mis
manos el libro de poemas del poeta Pedro A. Briceño, Esperando en el viento,
que he leído disfrutando de una poesía sencilla que deleita desde la primera
página. Su primer libro No necesariamente viviendo se agotó
rápidamente. En este su prosa es fluente, donde el poeta nos va describiendo
sus propios sentimientos. Él va construyendo su propio mundo, distinto aparte,
pero sin concesiones, ni transigencias. Va rehaciendo su propia vida, tratando
olvidar, sus desilusiones, o recordando, con nostalgia, sus ilusiones de
juventud. Vemos en su poema “Soñé que soñaba”, ”Soñé que soñaba un sueño/que
soñaba lo que tu sueñas/ que te sentías como yo me siento/ que escuchabas al
silencio llorar/ que querías dejar al mundo atrás,/ que otra vez volabas/ que
otra vez soñabas”. Y en este poema vemos los avatares de amores fracasados.
En Esperando
en el viento, podemos ver una leve melancolía, pero que no mancha las
páginas del libro. Encontramos un estilo claro, sin palabras rebuscadas, donde
el autor se abandona en el delicioso arte de escribir. Imponiendo un estilo de
palabras. Se interesa cada vez más en las cosas que lo rodean, como en su poema
“Esperando en el viento”, “Al otro lado de la ventana/ te veo esperando en el
viento./ Viéndome escribiendo una poesía/ de cómo muere una flor,/ viéndome
marchitando/ todo lo que toco”.
El leer este libro, es disfrutar de una buena
lectura,
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