MARILÚ CAPÍN DE AGUILAR |
Por: MARILÚ CAPÍN DE AGUILAR
Perla de Las Antillas te llamaban, ¡Oh Cuba prisionera!, con engaño te convertiste en lágrima atrapada en un mar que circunda tus enojos. ¿Por qué si encadenada te mantienen, aún muestras tu silueta entre palmeras y respiro en tu cielo que me envuelve en noches que cobijan mis esperas?.
Conservas tu voz, que apasionada, nos habla de dolores y de penas y aunque estamos lejanos en tus noches tu cielo va arrullando nuestra ausencia. Vuelve a ser de tus hijos su reposo, que haya un rayo de luz en tus tinieblas, deja nacer la paz entre cerrojos. Ten piedad de nosotros, Madre buena.
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