Tomado de: Mer Maid Winery |
Manuel Gutiérrez Nájera (†) (México)
Las novias pasadas son copas vacías;
en ellas pusimos un poco de amor;
el néctar tomamos . . . huyeron los días . . .
¡Traed otras copas con nuevo licor!
Champán son las rubias de cutis de azalia;
Borgoña los labios de vivo carmín;
los ojos oscuros son vino de Italia,
los verdes y claros son vino del Rhin.
Las bocas de grana son húmedas fresas;
las Negras pupilas escancian café;
son ojos azules las llamas traviesas
que trémulas corren como almas del té.
La copa se apura, la dicha se agota;
de un sorbo tomamos mujer y licor . . .
Dejemos las copas. . . ¡Si queda una gota,
que beba el lacayo las heces del amor!
“PARA UN MENÚ”. En serventesios dodecasílabos con rima consonante y ritmo yámbico que conforman el cáliz Modernista de esta ofrenda poética, el vate mexicano Manuel Gutiérrez Nájera –gran admirador de Téophile Gautier-, partiendo de su romanticismo consustancial, coloreado por su parnasianismo vocacional, hubo de cincelar un brindis de exaltación del Amor que más de un siglo después sigue –y seguirá por siempre jamás- tañendo la sensibilidad de los lectores.
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