Foto tomada de: eltiempo.com |
Los abuelos solean con dulzura
la vida de sus hijos y sus nietos
con sus besos que no guardan
secretos
ni escondrijos con lava de
amargura.
No hay en sus ojos ni una senda
oscura,
ni desalientos cósmicos e inquietos.
Sólo hay en ellos soles bien
sujetos
a la felicidad siempre madura.
Oh, los abuelos, jóvenes cantores
de la vida aromada por las flores
que ellos colorearon una a una.
Alcemos, con amor, sus
experiencias
nacidas de la luz de sus
vivencias
prolíficas que Dios besa y aúna.
Carlos Benítez Villodres
Málaga (España)
(Del libro TRANSPARENCIAS.
Editorial “Granada Club Selección”, Molvízar -Granada- 2019)
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