mis huellas deshacerse.
Fui todo aquello que me dejaron ser y
lo que Dios me dijo.
Acaso alguna vez, desobediente
respondí
con sordera.
La memoria sueña que el universo es
siempre
y lo mismo que fui seré el reflejo,
un río seco y un manantial fecundo,
todos los vicios, todas las virtudes.
Me miro en los espejos, en ti, en él,
caigo en la duda. Mentira, más
mentiras
la red va siendo enorme esta mañana
y quema
como un cuchillo que rajara el
vientre,
como un grito encerrado en un poema.
Al mar, aquí
cercano
le está saliendo el llanto por los
ojos,
el vomita salitre y yo sangre
caliente,
las espinas se clavan y me estoy
desgarrando,
mi sangre, aún huele a rejas y restos
de naufragio.
Mas...
sobrevivo
con mi grito y mi espada y el frío de
mi muerte
sobrevivo,
que lo mío es ser hombre todavía,
mujer que se descalza cuando los ríos
crecen
y aún me pongo a cantar cuando la
noche llama.
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