Por:
Leonora Acuña de Marmolejo
“Por
siempre en el mundo hay un maravilloso
balance entre la belleza y el
disgusto,
la
magnificencia y las ratas”
-Emerson
Cuando al delirante tráfago llegaste
a este extraño mundo, no lo decidiste.
Tampoco tomaste decisión alguna
sobre qué vestido tú querías lucir
cuando la luz viste por primera vez;
y cuando partiste en tu último viaje,
otros decidieron por tu vestimenta.
Cuando la luz viste por primera vez
del claustro materno liberado ya,
tu trama y tu urdimbre ya estaban tejidas,
y tus coordenadas en el mapa estaban.
No seas presuntuoso, peregrino fatuo,
de medido vuelo deleznable ser,
ansioso piloto que vas por el aire
siguiendo la ruta por donde otras alas,
ya antes transitaron sin huella dejar.
Sin hollar el templo sagrado de otros,
alcanza tus metas sin envanecerte.
Vé en la singladura confiado y sonriente;
tu estrella fucila, te muestra la senda
si con fe navegas en célica paz,
que irás remolcado si a la sirga vas
mas no a tu
albedrío buscando tu ruta.
Pescador tú eres y no olvides esto:
No todas las redes están en tus manos,
mas una especial se te dio al nacer;
cuídala, sé “Pedro, el gran pescador”.
y juzga el balance tras de tu jornada..
Pesca fervoroso, pesca con tesón;
a tu barca lleva lo mejor de todo,
y comparte pesca, noble y generoso
¡antes que se rompa tu red, pescador!
*Poema del libro “Baraja de poemas”. Ed. Betania,
Madrid,
España. 2002
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