Por: Blanca Segarra
Poseo un eterno amor
que nada logra matar,
ni lejania ni dolor.
“No lo pudo ahogar el mar”.
Este amor es infinit0
carente de condiciones.
¡Es un gran amor bendito
sin recibir bendiciones!
Está sin estar presente.
Es de hoy aunque fue ayer.
No lo arrastró la corriente.
¡Nadie lo puede vencer!
Siempre habrá de existir
su prodigio y calidez.
Si alguien, mis libros al abrir,
siente su magia otra vez,
no importará que me haya ido
a otro plano con mi amor
si habré dejado esparcido
en mis versos su fulgor.
Por eso ha de florecer
este amor en cada aurora.
Lo siento como mujer,
lo aseguro como autora.
Cuando no esté mi corazón
para ofrecerle su nido,
quedarán mis poesías que son
las manos que lo han mecido
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