Por: Leonora Acuña de Marmolejo
Hoy desde mi
ventana, complacida contemplo
-en esta soleada mañana de noviembre-
cual lluvia de hojas rojas, marrones y amarillas
el deshoje que otoño como
oriental tapiz,
sobre el prado aún verde, extiende en esplendor.
Una ardilla
ha venido, golosa a taladrar
la enorme calabaza que esconde las semillas
que en su vientre fecundo maduran
en otoño.
¡Oh, Natura, Natura! ¡Cuánta belleza encierras,
en divinos milagros que deslumbran al cosmos!
El viento del otoño desnuda la
arboleda
porque sabia Natura necesita entrar luz
a través del
ramaje en el lúgubre invierno,
y en el sagrado ciclo del
venturoso cosmos,
a nutrir “madre tierra”, la hojarasca
regresa.
Unas flores se han ido, mas aún perduran rosas
que como cancerveros vigilan mis ventanas,
y aún hay crisantemos de vistosos
colores
y hay caléndulas bellas
compartiendo el jardín:
¡Son de Otoño milagros, de
armonía y de color!
¡Yo quiero esa tibieza y color en mi otoño!
*
Poema del libro inédito “EN ALAS DE LA MUSA”
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