Thursday, October 15, 2015

Poemas de MARIO BENEDETTI

MARIO BENEDETTI


Amor de tarde

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.



Arco iris
A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea

sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo

sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente

y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin deseperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía

llorar
sólo llorar

entonces su sonrisa
si todavia existe
se vuelve un arco iris.

Poemas de José Ángel Buesa

José Ángel Buesa



CANCIÓN DE LA LLUVIA

Acaso está lloviendo también en tu ventana;
Acaso esté lloviendo calladamente, así.
Y mientras anochece de pronto la mañana,
yo sé que, aunque no quieras, vas a pensar en mí.

Y tendrá un sobresalto tu corazón tranquilo,
sintiendo que despierta tu ternura de ayer.
Y, si estabas cosiendo, se hará un nudo en el hilo,
y aún lloverá en tus ojos, al dejar de llover.


A UNA LÁGRIMA

Gota del mar donde en naufragio lento
se hunde el navío negro de una pena;
gota que, rebosando, nubla y llena
los ojos olvidados del contento.

Grito hecho perla por el desaliento
de saber que si llega a un alma ajena,
ésta, sin escucharlo, le condena
por vergonzoso heraldo del tormento.

Piedad para esa gota, que es cual llama
de la que el corazón se desahoga
cual desahoga espinas una rama.

Piedad para la lágrima que azoga
el dolor, pues si así no se derrama,
el alma, en esa lágrima se ahoga...

Orgullo



Me siento entristecido y angustiado
muy brusco, un arrebato de violencia
hirió de lleno, frágil su conciencia
y sin mirarnos más hemos quedado.

Sin yo quererlo un mal ha separado
nuestras dos vidas que con gran paciencia
siempre han unido su poder y ciencia
y juntas tantas pena han purgado.

Quisiera conciliar este quebranto
de la amistad que más ha florecido
quisiera si, con ruegos y con llanto.

  Pedirle que olvidara lo que ha sido,
pero el orgullo con su negro manto

malvado consejero lo ha impedido.

Era bella tal una mariposa

Foto tomada de: www.fanpop.com
Por: Isabel Díez Serrano

Era bella tal una mariposa, 
azucena tocada por la gracia 
y partía, con naves mar abierto 
donde jugueteaban los delfines 
y su rostro marcando terciopelo. 
Iba 
camino del amor, 
ya convenido por padres tan egregios, 
sin un ¡ay! que saliera de su boca, 
hacia Hasburgo, en busca del Hermoso. 

MILAGROS DE OTOÑO *

                                 
Por: Leonora Acuña de Marmolejo

                                    Hoy desde mi ventana, complacida contemplo
                             -en esta soleada mañana de noviembre-
                             cual lluvia de hojas rojas, marrones y amarillas
                             el deshoje que otoño como oriental tapiz,
                             sobre el prado aún verde, extiende en esplendor.

                                    Una ardilla ha venido, golosa a taladrar
                             la enorme calabaza que esconde las semillas
                             que en su vientre fecundo maduran en otoño.
                             ¡Oh, Natura, Natura! ¡Cuánta belleza encierras,
                             en divinos milagros que deslumbran al cosmos!

                                   El viento del otoño desnuda la arboleda
                             porque sabia Natura necesita entrar luz
                             a través del ramaje en el lúgubre invierno,
                             y en el sagrado ciclo del venturoso cosmos,
                             a nutrir “madre tierra”, la hojarasca regresa. 

                                   Unas flores se han ido, mas aún perduran rosas
                             que como cancerveros vigilan mis ventanas,
                             y aún hay crisantemos de vistosos colores
                             y hay caléndulas bellas compartiendo el jardín:
                             ¡Son de Otoño milagros, de armonía y de color!

                             ¡Yo quiero esa tibieza y color en mi otoño!

                   * Poema del libro inédito “EN ALAS DE LA MUSA”


Thursday, October 1, 2015

TU ENTERO CUERPO



Emilio J. León (†)

¡Sí, tú…! ,
con esos ojos
de mirada de arcoiris
me tienes roto el cerebro
perdido el corazón
desvanecida el alma…

¡Sí, tú…!
con tu risa de cascabeles
que haces danzar las flores
me compeles a rezar quedo
para que tu alegría perdure
en los siglos por venir…

¡Sí, tú…!
que llevas en tu entero cuerpo
el secreto de todos los goces
haces estrellar mi furia
en tu naturaleza de mujer
para que mire y no toque…

¡Sí, tú… ¡
que desde la eternidad
todos los dones has recibido
te bendigo como hombre
por esos regalos escondidos
en tu cuerpo de mujer…

¡Sí, a ti…!

te  bendigo como hombre
por esos regalos escondidos

en tu cuerpo de mujer



El Silencio de la Noche


        …a Casilda

Sentado estoy
en la orilla de la playa,
mirando la caída
de la tarde,
las olas baten la playa
de arena fina.
Sólo las olas del mar
que rodean los pequeños botes,
y el salto de los peces,
que vuelven al mar,
rompen el silencio
de la noche.
La luna
se mueve lentamente
 a través del cielo
de azul tropical,
como un gran fantasma
mezclándose con las
estrellas de radiante
belleza.
Veo a lo lejos
las luces
del pueblo
que se van apagando
una tras otra,
hasta que va
quedando
en el silencio de la noche.

René León

(1989)