Crecían una rosa y un clavel
amantes y felices de la vida
en el rincón oscuro de un vergel
que dióles Mayo por nupcial guarida.
Y sucedió que el jardinero un día
cortó la rosa y destruyó el amor
y el clavel lentamente se moría
marchito de tristeza y de dolor.
Así mi amada un día se alejó,
como el clavel marchito yo quedé,
y lentamente como muere el sol,
con mi pena de amor, me moriré.
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